Clínica de ICSI

La ICSI o microinyección espermática,  consiste en introducir un único espermatozoide, previamente seleccionado en la muestra de semen, en el interior del óvulo para facilitar la fecundación.

Para realizar esta técnica se necesita una tecnología más compleja y las tasas de fecundación son mucho más altas que con una Fecundación in Vitro convencional.

La ICSI o microinyección espermática, además, permite trabajar con muestras se semen de peor calidad (menor número de espermatozoides y peor movilidad y/o morfología), ya que sólo se necesita un espermatozoide por cada óvulo maduro.

El procedimiento es el de un tratamiento de Fecundación in Vitro, pero se utiliza un microscopio complejo con el que los embriólogos de nuestro centro realizan la microinyección del espermatozoide en el óvulo.

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¿Tienes preguntas sobre ICSI?

El método ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) es una técnica de reproducción asistida utilizada en casos de infertilidad masculina grave. Consiste en inyectar un espermatozoide directamente en el óvulo para lograr la fertilización. Después de la inyección, los embriones resultantes se desarrollan en el laboratorio y los de mejor calidad se transfieren al útero de la mujer. El método ICSI permite superar problemas de fertilización y ha demostrado ser eficaz en casos específicos. Es importante que sea recomendado por un médico especialista en reproducción asistida.

La diferencia principal entre la FIV (Fecundación In Vitro) y la ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) radica en el proceso de fertilización de los óvulos.

En la FIV convencional, los óvulos y los espermatozoides se colocan juntos en una placa de cultivo y se espera que los espermatozoides fecunden naturalmente los óvulos. Los espermatozoides deben tener la capacidad de penetrar el óvulo por sí mismos.

Por otro lado, en la ICSI, se selecciona un espermatozoide individual y se inyecta directamente en el óvulo utilizando una microaguja especializada. Este proceso se realiza bajo un microscopio de alta potencia y requiere habilidad y precisión por parte del embriólogo. La ICSI se utiliza en casos de infertilidad masculina grave o cuando hay dificultades en la fertilización convencional.

La técnica de ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) se realiza en situaciones específicas relacionadas principalmente con la infertilidad masculina o cuando existen dificultades en la fertilización convencional. Algunas de las circunstancias en las que se puede recomendar hacer una ICSI incluyen:

  1. Baja concentración de espermatozoides: Cuando el recuento de espermatozoides en el semen es muy bajo.

  2. Baja movilidad de los espermatozoides: Cuando los espermatozoides tienen dificultades para moverse y alcanzar el óvulo.

  3. Anormalidades morfológicas severas: Cuando los espermatozoides tienen formas anormales en una alta proporción.

  4. Antecedentes de fertilización fallida: Cuando previas técnicas de reproducción asistida, como la FIV convencional, no han tenido éxito en lograr la fertilización de los óvulos.

  5. Ausencia de espermatozoides en el semen eyaculado: Cuando no se detectan espermatozoides en el semen eyaculado y es necesario realizar una extracción de espermatozoides directamente del testículo o el epidídimo.

Es importante destacar que la decisión de realizar una ICSI se basa en una evaluación individualizada de cada pareja y sus circunstancias específicas. Un médico especialista en reproducción asistida realizará un análisis exhaustivo de la salud reproductiva de ambos miembros de la pareja y recomendará la mejor opción de tratamiento, ya sea ICSI u otra técnica de reproducción asistida, para aumentar las posibilidades de éxito en el logro del embarazo.

Las posibilidades de quedar embarazada con la técnica de ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) pueden variar dependiendo de diversos factores, como la edad de la mujer, la calidad de los óvulos, la calidad de los espermatozoides utilizados y otros factores individuales. Sin embargo, en general, se considera que la tasa de éxito de embarazo por ciclo de tratamiento con ICSI es alta.

Las tasas de éxito de embarazo con ICSI suelen ser similares a las de la FIV (Fecundación In Vitro) convencional, ya que ambos métodos implican la fertilización de los óvulos en el laboratorio. Las tasas de éxito pueden variar según la clínica de reproducción asistida, la experiencia del equipo médico y otros factores específicos de cada paciente.

En general, se estima que las tasas de embarazo por ciclo de tratamiento con ICSI oscilan entre el 40% y el 50% aproximadamente, aunque es importante tener en cuenta que esto puede variar según las circunstancias individuales. Es posible que se necesiten varios ciclos de tratamiento para lograr un embarazo exitoso.

Es fundamental que cada pareja consulte con su médico especialista en reproducción asistida para obtener información precisa y personalizada sobre las posibilidades de éxito en su situación específica. El médico podrá evaluar los factores individuales, explicar las tasas de éxito estimadas y brindar orientación sobre el mejor enfoque de tratamiento para maximizar las posibilidades de lograr el embarazo deseado.

Prepararse para una ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) implica seguir ciertas recomendaciones y pautas para optimizar las posibilidades de éxito del tratamiento. A continuación, se presentan algunas medidas que puedes considerar al prepararte para una ICSI:

  1. Consulta con un especialista en reproducción asistida: Busca un médico especialista en reproducción asistida con experiencia en ICSI. El médico evaluará tu historial médico, realizará pruebas necesarias y te guiará en el proceso de preparación.

  2. Estilo de vida saludable: Adopta un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, actividad física regular y evita el consumo de tabaco, alcohol y drogas. Mantener un peso adecuado y evitar el estrés excesivo también puede ser beneficioso.

  3. Suplementos y medicamentos: Consulta con tu médico sobre la necesidad de tomar suplementos prenatales o algún medicamento específico para preparar tu cuerpo para el tratamiento. Sigue las indicaciones médicas y evita la automedicación.

  4. Control del ciclo menstrual: Durante el proceso de ICSI, es importante llevar un control del ciclo menstrual y seguir las indicaciones del médico sobre cuándo iniciar la estimulación ovárica.

  5. Estimulación ovárica: La estimulación ovárica controlada es parte esencial de la ICSI. Sigue las instrucciones médicas para administrar las inyecciones hormonales y acude a las citas de seguimiento para monitorear la respuesta ovárica.

  6. Apoyo emocional: La ICSI puede generar emociones intensas. Busca apoyo emocional a través de familiares, amigos o grupos de apoyo. También puedes considerar la posibilidad de recibir asesoramiento psicológico para enfrentar el proceso de manera saludable.

  7. Información y educación: Infórmate sobre el procedimiento de ICSI, comprende las etapas del tratamiento y haz todas las preguntas necesarias a tu médico para tener una comprensión clara y realista de lo que implica.

Recuerda que cada persona es única, y el proceso de preparación puede variar según las necesidades individuales. Sigue las indicaciones y recomendaciones específicas de tu médico especialista en reproducción asistida para maximizar las posibilidades de éxito en tu tratamiento de ICSI.

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