Clínica de Diagnóstico Genético Preimplantacional
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) es una técnica de reproducción asistida que permite estudiar la genética del embrión para ayudar a identificar defectos genéticos y evitar la transmisión de una enfermedad genética grave a la descendencia.
Se llevará a cabo un tratamiento Fecundación in Vitro. Tras obtener los embriones, se realiza el examen genético en una o varias células del embrión, dependiendo del día de evolución, para saber si porta alguna alteración. Obtenida la muestra de los embriones, estos se congelan a la espera del diagnóstico genético. Una vez confirmado el diagnóstico, se seleccionan solo los sanos para realizar una transferencia de embriones congelados.
No se puede hacer el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) a cualquier enfermedad genética, solo en los casos en los que esta sea grave y sin posibilidad de tratamiento curativo.

¿CUÁNDO ESTÁ INDICADO EL DIAGNÓSTICO GENÉTICO PREIMPLANTACIONAL (DGP)?
- Enfermedades recesivas ligadas al sexo cómo la hemofilia, el síndrome de X frágil o la mayoría de distrofias neuromusculares.
- Enfermedades dominantes ligadas al sexo.
- Enfermedades monogénicas (fibrosis quística, enfermedad de Huntington, Tay-Sachs…)
- Reordenamientos cromosómicos (traslocación, inversión, delecciones y aneuplodías).
- Fallo de implantación.
- Abortos de repetición.
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¿Tienes preguntas sobre el Diagnóstico Genético Preimplantacional?
El diagnóstico genético preimplantacional (DGP) es una técnica utilizada en reproducción asistida para detectar anomalías genéticas o cromosómicas en los embriones antes de su transferencia al útero. A continuación se describe el proceso general del DGP:
Estimulación ovárica y fecundación in vitro (FIV): La mujer se somete a un tratamiento de estimulación ovárica para producir múltiples óvulos maduros. Los óvulos son recolectados mediante un procedimiento de aspiración folicular y luego se fertilizan en el laboratorio con el esperma del donante o de la pareja.
Cultivo de embriones: Los óvulos fertilizados se cultivan en el laboratorio durante varios días hasta que se convierten en embriones. Durante este tiempo, los embriones se dividen y se desarrollan.
Biopsia de embriones: Se realiza una biopsia en uno o varios embriones seleccionados. Esto implica la extracción de una o unas pocas células del embrión, generalmente en el estadio de blastocisto (alrededor del día 5-7 de desarrollo).
Análisis genético: Las células obtenidas de la biopsia se someten a análisis genético para detectar anomalías cromosómicas o genéticas específicas. Esto se puede hacer mediante técnicas como la amplificación del ADN, la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o el análisis de hibridación fluorescente in situ (FISH). También se pueden utilizar técnicas más avanzadas, como la secuenciación del ADN.
Transferencia de embriones seleccionados: Después del análisis genético, se seleccionan los embriones sin anomalías para la transferencia al útero. Los embriones seleccionados se transfieren al útero de la mujer receptora en un procedimiento similar a una transferencia de embriones estándar.
Es importante destacar que el DGP se realiza para detectar condiciones genéticas específicas, como enfermedades genéticas hereditarias o anomalías cromosómicas, y su aplicación puede variar según las circunstancias individuales y las regulaciones legales en cada país. El DGP puede ayudar a reducir el riesgo de transmitir enfermedades genéticas y mejorar las tasas de éxito de los tratamientos de reproducción asistida.
El proceso de Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) puede tomar de 2 a 6 semanas en promedio, dependiendo de varios factores, como la cantidad de embriones a analizar, las técnicas utilizadas y el laboratorio específico. Incluye la estimulación ovárica y fecundación in vitro, el cultivo de embriones, la biopsia de embriones, el análisis genético y la transferencia de embriones seleccionados. Es importante discutir los plazos estimados con el médico especialista y el equipo de laboratorio involucrados en el caso específico.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) puede detectar una amplia gama de enfermedades genéticas y anomalías cromosómicas en los embriones antes de su transferencia al útero. Algunas de las enfermedades que se pueden detectar mediante el DGP incluyen:
Enfermedades genéticas hereditarias: El DGP puede identificar enfermedades monogénicas, que son causadas por la alteración de un solo gen, como la fibrosis quística, la distrofia muscular de Duchenne, la enfermedad de Tay-Sachs, entre otras.
Anomalías cromosómicas: El DGP puede detectar anomalías en el número o la estructura de los cromosomas, como el síndrome de Down (trisomía 21), el síndrome de Edwards (trisomía 18), el síndrome de Patau (trisomía 13) y las alteraciones cromosómicas equilibradas.
Alteraciones genéticas relacionadas con la fertilidad: El DGP puede identificar anomalías genéticas que pueden afectar la fertilidad, como las translocaciones cromosómicas equilibradas o los trastornos genéticos que afectan la producción o la maduración de los óvulos o los espermatozoides.
Es importante destacar que el DGP se realiza para detectar condiciones genéticas específicas según las circunstancias individuales y las preferencias de la pareja o la persona que se somete al tratamiento de reproducción asistida. La selección de las pruebas genéticas específicas para el DGP dependerá de la historia médica y genética de la pareja o la persona receptora.
Es fundamental discutir con el médico especialista en reproducción asistida y el equipo de genética para obtener información detallada sobre las enfermedades que se pueden detectar mediante el DGP y las pruebas genéticas específicas recomendadas en tu caso particular.
El número de embriones necesarios para realizar el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) puede variar según diferentes factores, como las regulaciones y prácticas específicas de cada clínica, las preferencias de la pareja o persona receptora y la disponibilidad de tecnología de laboratorio.
Por lo general, se requiere un mínimo de uno o dos embriones para realizar el DGP de manera efectiva. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los embriones obtenidos durante un ciclo de fertilización in vitro (FIV) serán aptos para el análisis genético. Algunos embriones pueden no alcanzar el estadio adecuado de desarrollo para ser biopsiados, mientras que otros pueden tener un bajo potencial de implantación.
El número exacto de embriones que se someten al DGP dependerá de la cantidad de embriones disponibles y de las preferencias individuales de la pareja o persona receptora. Es importante discutir el número de embriones adecuado para el DGP con el médico especialista en reproducción asistida y el equipo de genética involucrado en tu caso específico.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) se recomienda en los siguientes casos:
Enfermedades genéticas conocidas: Si la pareja o la persona receptora tiene una enfermedad genética hereditaria conocida o está en riesgo de transmitir una enfermedad genética a sus descendientes, el DGP puede utilizarse para identificar embriones que no están afectados por la enfermedad.
Anomalías cromosómicas recurrentes: Si la pareja o la persona receptora ha experimentado repetidos abortos espontáneos o fallos de implantación, el DGP puede utilizarse para evaluar los embriones y seleccionar aquellos que tengan un número normal de cromosomas, lo que puede mejorar las posibilidades de un embarazo exitoso.
Edad materna avanzada: A medida que la mujer envejece, aumenta el riesgo de tener embriones con anomalías cromosómicas. El DGP puede ayudar a seleccionar embriones cromosómicamente normales en mujeres de edad avanzada, mejorando así las posibilidades de éxito del tratamiento.
Baja reserva ovárica: Si la mujer tiene una baja reserva ovárica o una disminución de la calidad ovárica, el DGP puede ser recomendado para seleccionar embriones genéticamente sanos y con mayor probabilidad de implantación.
Translocaciones cromosómicas: Si uno o ambos miembros de la pareja tienen una translocación cromosómica equilibrada, el DGP puede ayudar a identificar embriones no portadores de la translocación, evitando así la transmisión de la anomalía a la descendencia.
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